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Sueño Profundo: ¿qué significa?, ¿qué hacer para tenerlo?

Sueño profundo: ¿qué es?

El sueño profundo es la cuarta fase de nuestro ciclo del sueño, es la fase en la que nuestro cuerpo tiene el nivel más bajo de actividad tanto muscular como cerebral, por lo que se repara mientras se generan las llamadas ondas delta, que son las responsables del buen descanso y ayudan a regular el comportamiento corporal básico.

Lo primero que debemos saber es que, durante el sueño profundo, como hemos comentado, nuestra actividad cerebral se ralentiza y armoniza y por ese motivo nuestro cuerpo siente una relajación necesaria para el mismo, el ritmo de respiración se reduce, puede bajar la temperatura corporal y nuestra presión arterial disminuye.

Estas circunstancias hacen que la fase de sueño profundo desempeñe un papel fundamental en la restauración tanto del cuerpo como de la mente, ya que es cuando nosotros dejamos que descanse de forma totalmente natural y se recupere, además, también, a través del sueño profundo, conseguimos fortalecer nuestro sistema inmunológico y la memoria.

Necesitamos al menos un 20% de sueño profundo dentro de nuestro ciclo de sueño según los expertos, ya que, si no, nuestro descanso y salud disminuirá. Conseguir un buen sueño profundo es vital para nuestra salud.

 ¿Qué hacer para tener un sueño profundo?

 

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¿No te has preguntado por qué te sientes cansado incluso después de dormir muchas horas? Puede parecer extraño, ¿verdad?

La verdad es que conseguir un buen descanso reparador no solo se trata de dormir durante mucho tiempo, sino también de asegurarte de que ese tiempo se use de manera efectiva y con una ropa de cama adecuada cuyas propiedades lo favorezcan, como la  colección Deep Rest. Cuanto mejor sea el sueño profundo, mejor nos encontraremos.

Claves para tener un sueño profundo

 

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Tener un sueño profundo y reparador es fundamental para mantener la salud y el bienestar. Aquí tienes cinco claves que pueden ayudarte a lograr un sueño más profundo:

Mantén un horario regular de sueño

Intenta acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular tu reloj biológico y a mejorar la calidad de tu sueño.

Crea un ambiente propicio para el sueño

Asegúrate de que tu dormitorio sea un lugar tranquilo, oscuro y fresco. Usa cortinas opacas, tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco si es necesario para bloquear ruidos molestos. Es necesario tener una funda de almohada adecuada para favorecer el buen descanso y la salud de nuestro cuerpo, así como sábanas que nos permitan mejorar el buen sueño profundo.

Limita la exposición a dispositivos electrónicos antes de acostarte

La luz azul emitida por teléfonos, tabletas y computadoras puede interferir con la producción de melatonina, una hormona clave para el sueño. Apaga estos dispositivos al menos una hora antes de acostarte.

Evita estimulantes y comidas pesadas antes de dormir

La cafeína y otros estimulantes pueden dificultar que te duermas y te mantengas dormido. Evita consumirlos al menos 4-6 horas antes de acostarte. También, es recomendable cenar al menos 2-3 horas antes de irte a la cama para evitar la indigestión.

Practica técnicas de relajación

Antes de dormir, realiza actividades relajantes como leer un libro, tomar un baño caliente o practicar la meditación. Estas prácticas pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo que facilita conciliar el sueño y tener un sueño más profundo.

Recuerda que la calidad del sueño puede variar de una persona a otra, por lo que es importante experimentar y ajustar estas pautas según tus necesidades personales. Además, por supuesto, una ropa de cama adecuada acrecentará las probabilidades de disfrutar de un sueño profundo y recuperar el cuerpo y la menta en su totalidad.

Diferencia entre sueño profundo y sueño ligero

 

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A pesar de que el sueño ligero y el sueño profundo tienen muchas diferencias, los dos son completamente necesarios entre sí para una buena recuperación y un buen descanso.

El sueño ligero corresponde a la segunda etapa del ciclo del sueño, y suele llegar a ser la mitad de todo nuestro descanso. Aquí nuestro cerebro desconecta y el cuerpo baja la frecuencia de respiración, ritmo cardíaco…

Durante esta etapa es en la que nos despertamos con facilidad y podemos escuchar ciertos ruidos o sonidos ¡En esta fase del ciclo del sueño es donde se siente la sensación de que nos caemos!

Por otro lado, el sueño profundo es la cuarta etapa del ciclo del sueño (hay 5 en total) y suele ser hasta un 20% del tiempo total del sueño. Es la fase que determinará la calidad final del sueño y, durante esta fase es muy difícil despertar a no ser que el estímulo externo sea lo suficientemente fuerte, además, es cuando estamos más relajados, ya que la presión arterial baja entre un 10% y un 30% y nuestra respiración se desacelera notablemente.

Para conseguir que ambas fases del ciclo del sueño sean completas y reparadores, ayudará contar con fundas de almohada y sábanas como las de las colecciones Deep Rest, Ion Repair, Red Balance o Hialursens, ya que, además de favorecer este sueño reparador, liberan sus propiedades al contacto con la piel, favoreciendo más aún a la salud.